Nuestro Padre Vega, Descansa en Paz


Es con gran pesar que comunicamos que nuestro querido Padre Vega falleció anoche. Padre Vega sirvió a nuestra Isla por más de cinco décadas. Fue parte integral de nuestra comunidad y celebrante de tantas ocasiones importantes en nuestras familias.

Donald M. Vega

24 de octubre de 1934 – 13 de julio de 2021

Entró a la Sociedad de Jesús el 14 de agosto de 1953
Ordenación sacerdotal 10 de junio de 1965

El P. Donald Vega nació el día 24 de octubre de 1934 en Buffalo, Nueva York. Cursó estudios secundarios en Canisius High School, colegio Jesuita, y luego estudió dos años en Canisius College.

Su padre, Alberto, también fue educado por los padres jesuitas en Bogotá y siempre pedía a Dios que uno de sus hijos recibiera una vocación al sacerdocio. Su petición fue concedida el día 14 de agosto de 1953 cuando su hijo, Donald, ingresó al noviciado de los jesuitas en Poughkeepsie, Provincia de Nueva York.

El P. Vega obtuvo su bachillerato en filosofía de Fordham University, y una maestría en sociología de la misma universidad. Durante sus años de estudios de maestría P. Vega trabajó en Xavier Jesuit High School en Nueva York como profesor de latín e inglés. Durante esta misma época trabajó también junto al P. Walter Janer, SJ en el “Nativity Mission Center”. El P. Janer se convirtió en el mentor quien le ayudó a desarrollar esa consciencia social sembrada ya desde temprana edad por su padre.

Donald Vega llegó a la isla de Puerto Rico por primera vez en 1960, donde trabajó como profesor

de historia y doctrina cristiana social en el seminario San Ildefonso en Aibonito. Cursó cuatro años de estudios teológicos (1962-66) en Woodstock College donde se hizo miembro del famoso grupo de cantantes “The Woodstock Jesuit Singers”. Este grupo tiene la distinción de haber sido presentado en el programa de televisión de Ed Sullivan en Navidad. Durante el verano trabajaba en Georgetown University como capellán e instructor de los Cuerpos de Paz. También cogía clases en estudios

latinoamericanos en The School of Foreign Service de esa misma universidad. Fue durante esta etapa que fue ordenado sacerdote el 10 de junio de 1965 en Buffalo, New York. En el 1967 el P. Vega regresó a Puerto Rico donde fue nombrado director del Centro Comunitario Monserrate para educación especial.

En el 1970 comenzó su larga experiencia de trabajo con el gobierno lidiando con el problema

social de adicción en Puerto Rico. Trabajó con el Departamento de Servicios Sociales y el Departamento de Servicios Contra la Adicción; fue nombrado director del Programa Libre de Drogas y también Director de los programas para rehabilitación de personas adictas a la droga y al alcohol en el Departamento de Correcciones. Fue nombrado Asistente Especial al secretario del Departamento de Servicios Sociales. En reconocimiento de su excelente trabajo durante tantos años, el P. Vega fue otorgado el prestigioso “Premio Manuel A. Pérez” en el 1980 por el entonces Gobernador Carlos Romero. Mediante esta premiación se reconoce a los empleados públicos destacados por sus ejecutorias significativas y aportaciones valiosas al mejoramiento del quehacer público.

En el 1982 el P. Vega fue nombrado párroco de la Parroquia San Ignacio de Loyola, puesto que ocupó

hasta el 1989 cuando salió de la Isla por un año de sabática. En la Harvard School of Divinity, el P. Vega cursó estudios en Ética Cristiana Social hasta el 1990. Al regresar a la Isla en el 1990, el P. Vega fue enviado a Mayagüez donde trabajaba como profesor de teología en la Universidad Católica durante cuatro años.

En el 1994 regresó a San Juan donde comienza a trabajar como profesor en la Universidad Interamericana donde dicta cursos en filosofía, ética y fé cristiana.

Durante los años 2006-2008 P. Vega enseñaba filosofía en el seminario diocesano San Juan Bautista. Desde su regreso a San Juan el P. Vega ha sido una figura muy reconocida en la Parroquia San Ignacio donde ha colaborado con todos los párrocos celebrando misas diarias y dominicales en español e inglés.

Es especialmente conocido por sus homilías apasionadas, animando a los laicos a cultivar compasión por y compromiso con los pobres y los marginados de nuestra sociedad.

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